El ex oviedista, actualmente en las filas del U.D. Logroñés, fue calurosamente acogido esta mañana en su visita a El Requexón, donde se ejercitó durante unos minutos con los 200 niños asistentes al primer turno de la actividad veraniega
El delantero Diego Cervero renovó esta mañana su oviedismo durante la visita a los 200 jóvenes que participan en el primer turno del campus de verano del club azul, que se desarrolla en las instalaciones deportivas de El Requexón. Su asistencia fue la segunda que reciben los niños, después de que el entrenador del primer equipo, Pichi Lucas, acudiese el pasado lunes.
La presencia del que hasta hace un año fuese el “9” azul resultó muy festejada por los jóvenes, que a las diez de la mañana, una hora antes de que Cervero hiciese su aparición en las instalaciones deportivas, iniciaban sus entrenamientos con el objetivo de emular muchos de sus goles y celebraciones con la elástica carbayona.
El actual futbolista de la Unión Deportiva Logroñés, rival esta próxima temporada del Real Oviedo, acudió puntual a su cita. Ataviado con una camiseta veraniega y unas bermudas, Cervero saludó a los entrenadores y empleados del club, para posteriormente fundirse en un abrazo con su ex compañero Oinatz Aulestia, que acudió al complejo deportivo para ejercitarse en solitario.
El futbolista ovetense, que el próximo mes de agosto cumplirá 27 años, se encontraba feliz por su visita al campus de verano y recordó que “ya había venido en anteriores ediciones, a excepción de la pasada, y seguiré acudiendo siempre que me inviten porque hay que cuidar a estos niños que tienen ganas de jugar al fútbol. Son oviedistas, hay que cuidarlos, y les ayudaré en todo lo que pueda porque algún día ellos estarán en el campo y yo en la grada”.
Su visita a El Requexón era algo que ya tenía ganas de repetir porque “aunque durante la temporada estuve alguna que otra vez, sí es cierto que tengo ganas de volver a pisar estos campos, que no lo hago desde el ascenso de Mallorca. Es un recuerdo muy bonito porque estas instalaciones fueron y son como mi casa”, declaró el ariete.
Y es que Cervero ha sido uno de esos jugadores que han calado hondo en el corazón de los aficionados carbayones. Su debut con el primer equipo en la temporada 2003/04 alimentó a la “comunión” reinante aquel año entre la plantilla y la grada, amén de sus goles, garra y, por qué no, de las lagrimas derramadas tras los varapalos ante el Arteixo, en junio de 2004, y Caravaca, en 2008. “La afición me demuestra siempre su cariño y eso es algo que no podré nunca devolvérselo en la misma medida”, reconoció el futbolista.
Precisamente esa muestra de cariño del oviedismo hacia Cervero puede tener su momento culmen en la visita en Liga de la Unión Deportiva Logroñés al estadio Carlos Tartiere. Ese día, del que aún no hay fecha fijada, será remarcado por el delantero, que ya adelantó que “la división de grupos de esta temporada ha permitido que juegue por primera vez contra el Real Oviedo en el Carlos Tartiere, y fijo que me emocionaré porque me resultará difícil enfrentarme al que fue, es y será mi equipo”.
Una temporada, la 2010/11, en la que tanto los asturianos como los riojanos parten con el objetivo de ocupar las plazas altas de la clasificación, aunque, tal y como reconoció Cervero, “el Real Oviedo está haciendo un buen equipo y luchará por el primer puesto, mientras que nosotros intentaremos estar arriba, pero tendremos que trabajar mucho. Únicamente hemos hecho un fichaje y hay que ir paso a paso”.
Su estancia en el equipo de Las Gaunas está siendo satisfactoria porque “jugué todos los partidos y marqué 14 goles. El objetivo era la permanencia y quedamos en novena posición. En ese sentido no me puedo quejar”, declaró el futbolista ya antes de iniciar los ejercicios junto a uno de los grupos de jóvenes.
Posteriormente respondió a las cuestiones que les formularon los niños asistentes al campus.
