El conjunto de Pacheta se impuso (1-3) en su visita al Lugo y estrenó su casillero de victorias en competición oficial *Los locales dispusieron de ocasiones para marcar más goles, especialmente en los primeros minutos, pero la zaga carbayona se fue entonando paulatinamente hasta finalizar a un fantástico nivel *Los azules reciben el próximo miércoles al Salamanca en el Carlos Tartiere
C.D. Lugo, 1; Real Oviedo, 3
ALINEACIONES:
C.D. Lugo: Diego Rivas; Aitor (Javi Rey, minuto 73), Belfortti, Garrido, Manu; Zarandona (Berodia, minuto 63), Rubén García (Luismi, minuto 73); Quero, Monti, Ismael; y Belencoso.
Real Oviedo: Dani Barrio; Owona, Jorge Rodríguez, Negredo, Álvaro; Xavi Moré, Pelayo, Falcón, Jandrín (Nano, minuto 65); Martins (Aitor Sanz, minuto 63) y Rubiato (Oscar Martínez, minuto 71).
ÁRBITRO:
Gómez Ríos, perteneciente al Comité Cántabro. Amonestó a los oviedistas Falcón, Álvaro y Martins.
GOLES:
0-1, minuto 25. Rubiato, tras fallo en el despeje del guardameta Diego Rivas
0-2, minuto 48. Martins, con la derecha, tras asistencia de Xavi Moré
0-3, minuto 51. Rubiato, de cabeza, tras falta lateral botada por Xavi Moré
1-3, minuto 59. Garrido, de cabeza
INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la primera eliminatoria de Copa del Rey, disputado en el estadio Ángel Carro ante algo más de millar y medio de espectadores. Presencia de seguidores azules en las gradas. Césped en buen estado.
El Real Oviedo se impuso esta tarde-noche (1-3) al Club Deportivo Lugo en el estadio Ángel Carro y salió victorioso de la primera eliminatoria de la Copa del Rey, competición en la que el próximo miércoles recibirá a la Unión Deportiva Salamanca en el estadio Carlos Tartiere. El conjunto de Pacheta apeló a la efectividad de sus hombres más adelantados para doblegar a un rival que destacó por su buen manejo de balón que se tradujo en numerosas ocasiones de gol, especialmente en los primeros minutos, que no obtuvieron el premio esperado. Tres zarpazos de la dupla atacante azul y una seguridad defensiva que fue a más con el paso de los minutos fueron suficientes para que el partido se decantara de su lado.
El técnico José Rojo, Pacheta, fue fiel a su idea y aprovechó este compromiso copero para repartir minutos entre los integrantes de su plantilla, destacando los estrenos oficiales del guardameta Dani Barrio, del defensa del filial Álvaro Cuello y del centrocampista Falcón.
La Copa del Rey estaba considerada por el equipo azul como una válvula de escape muy importante después del negativo arranque liguero, donde acumula dos derrotas consecutivas. Así pues, el torneo del KO iba a ser una buena oportunidad para que los de Pacheta comenzasen a remontar el vuelo y volviesen a dejar las buenas sensaciones mostradas durante la pretemporada. Es cierto que el Lugo es un rival muy fuerte en la categoría y que parte, al igual que el Real Oviedo, con el objetivo de buscar el ascenso a Segunda División. Tarea complicada.
El técnico azul siempre había apostado por la solidez defensiva como una de las claves para llevarse la victoria final. En Liga encajó seis goles en dos partidos. Cero puntos en el casillero. Mal síntoma. Repasó los vídeos de los partidos, aprendió de los errores, estudió la manera de evitarlos y ante el Lugo puso una nueva versión del “método Pacheta”: el equipo retrasó sus líneas unos metros, presionaba en campo propio y buscaba la velocidad de sus hombres más adelantados. El examen de septiembre llegaba un día antes y coincidía con la visita a un equipo que destaca por su buen trato con el balón. Eso sí, toda prueba corre unos riesgos hasta que se automatizan los mecanismos. Y así ocurrió durante los primeros quince minutos de partido. Tiempo en el que Belencoso, en dos ocasiones, y Quero pusieron en apuros al guardameta debutante Dani Barrio. A diferencia de la Liga, los azules superaron el tramo inicial sin recibir un gol.
Pacheta seguía el partido de pie desde el área técnica. Alentaba a sus jugadores, reordenaba algunos movimientos en tareas defensivas y el equipo comenzaba a funcionar al mismo tiempo que el Lugo parecía acusar esas tres oportunidades fallidas. Los delanteros Rubiato y Martins iniciaban la presión y los pivotes Pelayo y Falcón impedían al ex oviedista Rubén García y a Zarandona entrar en contacto con el balón. Se obligaba al rival a buscar el juego directo para Belencoso, pero los dos centrales no daban ninguna opción en ese tipo de acciones. Comenzaba un nuevo partido, aunque con la posesión en poder de los locales.
En un arranque de brega del ariete Rubiato llegó el primer tanto del Real Oviedo. El madrileño rompió el guión y acudió a presionar una cesión del defensa Belfortti a su portero Diego Rivas, que despejó mal y dejó el balón manso para el oviedista, que empujó el balón al fondo de la portería. Máxima efectividad de los azules, que en su primera llegada al área local ya conseguían adelantarse en el marcador. Era el minuto 25.
Ese 0-1 no alteró los planes de ninguno de los dos equipos. Los carbayones seguían replegados en campo propio y no se inmutaban porque el Lugo circulase el balón en zonas sin peligro. Los de Setién buscaban combinar con los dos extremos, pero cada vez encontraban una mayor oposición en los jóvenes Owona y Álvaro, que cerraban muy bien los espacios y obligaban a retrasar el esférico. Así pues, y a pesar del empuje de sus aficionados desde la grada, el vendaval local inicial había disminuido y apenas hubo dos acciones aisladas de Monti e Ismael, éste último con un golpeo al poste izquierdo a la salida de un saque de esquina en el minuto 44. Los visitantes respondieron con remate de cabeza de Negredo que atajó sin problemas Rivas.
El paso por los vestuarios hacía presagiar que los oviedistas saldrían a intentar controlar las acometidas locales de los primeros minutos. Pero la realidad fue bien distinta. Los de Pacheta dieron un paso al frente y dejaron la eliminatoria finiquitada en los primeros seis minutos. En un visto y no visto, el Lugo se vio sorprendido y encajó dos goles. Incluso los visitantes tuvieron tiempo para avisar de sus intenciones por medio de Pelayo, que cabeceó con mucha intención una falta lateral botada por Xavi Moré cuando apenas se llevaban disputados unos segundos de la reanudación. Si hay alguien que merece un capítulo aparte en los dos goles es el centrocampista Xavi Moré. El vallisoletano fue una auténtica pesadilla para la zaga local y se erigió en el protagonista de la segunda mitad. Suyo fue la asistencia a Martins en el segundo gol de la tarde (minuto 48) y suyo también fue el saque de falta que Rubiato cabeceó al fondo de la portería (minuto 51).
El Real Oviedo había demostrado una efectividad realmente elevada y chocaba frontalmente con el partido de Liga del pasado domingo ante el Toledo, cuando estrelló cuatro balones en los postes y erró un penalti. Las tornas se cambiaron y los azules acertaban en ataque, mientras que los locales no estaban teniendo una de sus mejores tardes hasta que el defensa Garrido recortó distancias con un certero cabezazo en el minuto 59.
Los aficionados locales creían en la remontada y comenzaron a alentar aún más a los suyos, pero los de Pacheta no estaban dispuestos a perder la desventaja en el marcador. Volvieron a juntar líneas, los defensas comenzaron a achicar balones y el guardameta Dani Barrio acertó a despejar en un par de salidas aéreas. En el apartado ofensivo, Xavi Moré siguió aportando trabajo en el costado derecho y los jugadores de refresco Aitor Sanz, Nano y Oscar Martínez dieron la calma suficiente para frenar el ímpetu de los de Quique Setién.
Con esta importante victoria, el Real Oviedo sigue adelante en la Copa del Rey y el próximo miércoles recibirá a la Unión Deportiva Salamanca en el estadio Carlos Tartiere. Será una buena oportunidad para tratar de llegar lejos en el torneo del KO, pero la mente de los jugadores ya está puesta en el compromiso del domingo en Vigo ante el Celta B, equipo al que se ha incorporado en las últimas horas el ex defensa azul Víctor Díaz.