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Fundación

Con el gol por montera

En 1988 Carlos marcó un hat-trick y recibió un regalo muy peculiar

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La victoria por 3-0 sobre el Rayo Vallecano el 1 de mayo de 1988 dejaba al Real Oviedo con su clasificación virtual para disputar la promoción de ascenso a 1.ª División, la cual terminaría felizmente tras el emparejamiento con el Real Mallorca.

Aquella tarde de mayo frente al Rayo tuvo como único goleador a Carlos, que sumó 3 goles más a una cuenta final que le haría proclamarse máximo goleador de la categoría con 25 tantos.

Aquel domingo, después de anotar el primer gol, al filo del descanso, tras recibir las habituales felicitaciones de sus compañeros, y antes de que se volviese a poner el balón en juego, Carlos contempló con sorpresa, al igual que todo el público, cómo una persona saltaba al terreno de juego y se dirigía hacia él. Cuando llegó a su altura le hizo entrega de un trofeo tan taurino como dos orejas, que le permitieron simular el premio de triunfador que estaba cimentando durante toda aquella campaña.

El reconocimiento hacia el pichichi tenía tintes taurinos porque el espontáneo -nunca mejor dicho- era Fernando el Vanidades, así conocido en ciertos ámbitos de la ciudad por haber realizado años antes alguna intentona para hacer carrera en el mundo de los toros.

Por increíble que pueda parecer hoy en día, tras entregarle el premio a Carlos, el Vanidades retornó tranquilamente a la grada con los trofeos. Con ayuda policial se reincorporó entre el público y el partido continuó como si nada.

Eduardo Muñoz Valdés, miembro del Consejo de Historia