Después de más de dos meses sin ganar, el Real Oviedo ha vuelto a encontrarse con el triunfo en El Requexón, imponiéndose por 2-1 al Cacereño Femenino. Un triunfo necesario, que rompe una racha de ocho jornadas sin ganar, devuelve la confianza a las de Andrea Suárez y reactiva su lucha por la permanencia.
El partido arrancó cargado de ritmo. A la media hora, Laurina adelantó a las carbayonas, desatando la euforia en las gradas. Sin embargo, la alegría duró poco: solo dos minutos después, Cora Jiménez igualó para las de Ernesto Sánchez. Pero el Oviedo insistió. Marina Martín, con su pierna derecha, armó un potente disparo desde la frontal que se coló junto al poste, colocando el 2-1 antes del descanso.
La segunda mitad estuvo marcada por un dominio visitante, y el Cacereño apretó para lograr el empate. La ocasión más clara llegó en el minuto 50, cuando la colegiada señaló penalti por una mano de Eva Lois. Sin embargo, Laura Martínez detuvo el lanzamiento de Acedo. Fue la primera de varias intervenciones determinantes: también paró un disparo de Nerea y, poco después, desvió un cabezazo de Lezcano. Tres paradones en momentos claves que mantuvieron el 2-1.
Con el paso de los minutos, Andrea Suárez dio entrada a Mbappé y Sheila Garrido, reforzando el carácter del equipo. El Oviedo supo contener el empuje rival, cerrar líneas con orden y sufrir con garra. Laurina tuvo una oportunidad para ampliar la ventaja, aunque no encontró la portería. En los instantes finales, entraron Andrea Sordo y Nati Cano, con el equipo firme y consolidado. Este triunfo no solo suma tres puntos, sino que devuelve a las azules a una zona más tranquila: con 9 puntos en su casillero, las asturianas se sitúan ahora a solo uno de la permanencia. Pero, más allá de la clasificación, este triunfo supone un golpe de moral.