Cuatro temporadas de vida, un crecimiento exponencial y la formación, el oviedismo y el deporte como sustento fundamental de su día a día, convierte a la Escuela Real Oviedo en un referente en el Principado de Asturias.
Desde julio de 2018, Pablo Valcarcel Fernández (Oviedo, 1986) es el encargado de encabezar este proyecto que el Real Oviedo puso en marcha para que todos los niños y niñas puedan defender los colores de la entidad oviedista, independientemente de su nivel futbolístico.
Para el ovetense, la Escuela Real Oviedo “ha tenido una gran acogida. Se empezó con 60 niños y ahora estamos cerca de los 250 participantes. La planificación inicial está saliendo bien, pasamos de seis equipos a veinte que hay en la actualidad”. Asimismo, el responsable de la actividad reconoce que “nosotros trabajamos un enfoque formativo en edades tempranas, para que los niños se puedan formar y divertirse, pero siempre sintiéndose oviedistas. Nos centramos en también en una educación en valores, en que sean compañeros”.
Una formación en oviedismo que para Pablo Valcarcel es mucho más fácil con “el feedback de las familias”, ya que para el carbayón lo que más ilusión le genera es “ver que los niños son del Real Oviedo, que no vienen con camisetas de Real Madrid o FC Barcelona. Eso se debe a que sus padres les inculcan el oviedismo, sin necesidad de ser de otro equipo. Veníamos de años complicados, pero el crecimiento dentro del club te da esta sinergia. Hay que aprovechar esta buena tendencia, inculcar la cultura y la pasión por el club, que se sientan parte importante de esta gran familia”.
De todas formas, en los cuatro años de vida de la Escuela Real Oviedo también ha pasado por momentos complicados, como el parón por la Covid-19. “La decisión de parar fue lo más sensato, mostramos un gesto de responsabilidad, pero fue complicado ya que no podíamos mandarles trabajo especifico y había que buscar el tenerlos enganchados al club”, asegura Valcarcel, que también señala que “volver fue un momento de estrés, había que estar a la altura y dar lo mejor de nosotros, poner todas las herramientas disponibles para que las familias confiasen en nosotros. La vuelta fue lenta, implantando las mejores medidas de prevención y por suerte lo estamos superando”. En estos momentos se exige “mucha responsabilidad para estar a la la altura del club que representamos. Para volver a la actividad había que hacerlo con las mejores condiciones, ir por el libro”. En la actualidad, y en lo referente a la Covid-19, “los protocolos están muy interiorizados. Seguimos con las medidas, mascarilla y distancias. La situación es más normal de lo que era hace unos meses”.
De cara a lo que se viene, el ovetense considera que “todo pasa por un futuro en el que sigamos afianzándonos, no solo en volumen si no también siendo un referente formativo. La Escuela se conoce en todo Asturias, nos reconocen. Aquí no solo buscamos una escuela de logros, también queremos estar a la altura en cuanto a nivel formativo”.
Para lograrlo, Pablo Valcarcel destaca el gran grupo humano que conforma la Escuela, asegurando que “es la base sobre la que se sustenta el proyecto. Contamos con un gran equipo de entrenadores y delegados, que son los responsables de aplicar el plan formativo en el día a día de cada equipo y nuestro éxito es gracias a su trabajo y dedicación”.
Finalmente, el responsable de la Escuela plantea nuevos campos de trabajo en los que llevar a cabo actuaciones para proseguir con el crecimiento exponencial que atesora la actividad oviedista: “Todo pasa por complementar nuevas actividades, seguir con la expansión internacional. Seguir fomentando el oviedismo, que sigan disfrutando y seguir con el apoyo social para que los niños y niñas sigan creciendo, sea cual sean sus condiciones. También queremos llevar a cabo colaboraciones con clubes. La marca Escuela no solo se implanta en FUNDOMA. Hay un plan internacional para llevar la escuela a otros lugares del mundo. Ahora mismo estamos en EEUU, Canadá, Omán, Nigeria y vamos a abrir en Panamá”, sentenciaba.
Sin duda uno de los proyectos más ilusionantes de los muchos que alberga la Fundación Real Oviedo, que año tras año sigue creciendo y demostrando que los valores del club son motor fundamental para que el deporte llegue, y se quede, entre los más pequeños.