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Club

Volver a la raíz

En la Navidad de 2025 elegimos cuatro lugares mágicos para homenajear los valores de la Asturias más auténtica

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En la Navidad de 2025, en una temporada marcada por el regreso a Primera División y la celebración el próximo 26 de marzo de nuestro centenario, el Club quiso detenerse, mirar atrás y volver a la raíz. Allí donde todo es de verdad. Allí donde empezó todo.

Jugadores, jugadoras, trabajadores de Club y Fundación, visitaron cuatro pueblos asturianos de menos de cincuenta habitantes, repartidos por toda la geografía del Principado. Un homenaje sencillo y sincero a la Asturias más auténtica: la de la vida pausada, la tradición viva, la humildad y el trabajo silencioso que construyen hogar y comunidad.

El origen de todo

En un año de grandes logros deportivos y de máxima exposición, el Real Oviedo quiso reconectar con lo esencial. Porque cuando se alcanzan metas importantes, también es necesario recordar de dónde se viene. Estos pequeños pueblos representan el origen, el esfuerzo diario y los valores que han acompañado al Club durante un siglo de vida: coraje, humildad, sacrificio y orgullo de pertenencia.

La acción, acompañada de la entrega de detalles oviedistas y del encuentro cercano con sus vecinos y vecinas, fue una forma de agradecer, mirar a los ojos y abrazar —incluso en la soledad— a quienes mantienen viva la esencia de nuestra tierra. Un gesto de reconocimiento a quienes, desde el silencio y la constancia, también forman parte de la familia oviedista.

De esta manera, los cuatro lugares mágicos elegidos fueron Aciera, Taramundi, Bandujo / Banduxu y Camarmeña. Cuatro pueblos de oriente y occidente, cuatro maneras de vivir pegadas a la montaña o bañadas por la tradición de molinos de agua. Cuatro lugares maravillosos que son reflejo de la Asturias que admiramos, y que el mundo ha descubierto. En una furgoneta oficial de Club, con ida y vuelta tras terminar los entrenamientos, durante cuatro jornadas jugadores y jugadoras, miembros de Fundación y personal de Club se prestaron voluntarios para una acción que nos devuelve mucho más de lo que damos: cariño, fuerza y gratitud. En todos los pueblos hubo color azul, y escudo oviedista. Y también, un recuerdo, en forma de bando, que dejamos clavado en cada uno de ellos.

Volver para seguir avanzando

El regreso a Primera División y la temporada del Centenario no solo hablan de lo conseguido, sino del camino recorrido. De cómo se llegó, de dónde se volvió y, sobre todo, con quién. Porque cien años de historia no se entienden sin Asturias, sin su gente y sin ese sentimiento compartido que une al Club con cada rincón de la región.

El mensaje de esta Navidad, tras la vuelta a la raíz, nos queda claro: nunca debemos dejar de luchar, pero tampoco olvidar nuestras raíces. Nuestra gente. Porque ahí, en lo más profundo, está la respuesta a todo.

Desde el corazón de Asturias, el Real Oviedo desea a la familia oviedista una Feliz Navidad y agradece a quienes, generación tras generación, han hecho posible que hoy haya una historia que celebrar.