Cuando en 1934 se admitió por primera vez la presencia de futbolistas extranjeros en el fútbol español, el Real Oviedo fue uno de los escasos equipos que hizo uso de tal posibilidad desde el primer momento y contrató al mexicano Carlos Laviada, que se convirtió así en el primer jugador no español de nuestra historia. Desde entonces la presencia de futbolistas de distintas nacionalidades en las alineaciones de nuestro equipo ha sido habitual, incluso en los periodos en los que, al contrario de lo que ocurre desde hace unas décadas, con una casi total apertura de mercados, su incorporación estaba limitada o incluso no estaba permitida.
Como anécdota cabe que decir que antes que Laviada, el británico Frank Burton ya había disputado algún encuentro luciendo la elástica oviedista allá por 1927, si bien lo hizo en partidos amistosos y como recurso ante la necesidad de cubrir alguna baja de última hora. Sucedió durante su breve paso por la entidad como entrenador del equipo.
De los cerca de mil futbolistas que han vestido la camiseta del primer equipo del Real Oviedo en su casi centenaria historia, en torno al 15 % son extranjeros, y de ellos casi la mitad proceden del continente americano; la mayoría de Argentina. Aproximadamente uno de cada cuatro extranjeros de los que han jugado en el Real Oviedo es de nacionalidad argentina, una circunstancia que concurre en la actual plantilla, que ha tenido como última incorporación la del argentino Santiago Colombatto. Uruguay es el segundo país con mayor aportación en nuestra historia.
Ese predominio de jugadores americanos, sobre todo del sur del continente, lo certifica el hecho de que a día de hoy han pertenecido al conjunto de la capital del Principado de Asturias futbolistas de todas las nacionalidades de Iberoamérica con la excepción de Bolivia. Hasta la actual temporada había otro país de los sudamericanos de habla hispana que no había tenido representación en el conjunto azul, como era el caso de Ecuador, algo que ya no sucede desde la llegada este verano de Romario Ibarra.
Así mismo han sido varios los brasileños que han jugado en el Real Oviedo, como lo hace en la actualidad Alemão, que es un caso peculiar por cuanto también posee también la nacionalidad polaca.
Los casos de doble nacionalidad también son frecuentes, aunque de países más cercanos culturalmente que el caso de Alemão. Y hay ejemplos del pasado, como el cubano —de nacimiento— y español Jesús Alonso, y más cercanos en el tiempo como el hispano-panameño Joyce Moreno o Kily, guineano y español, por citar alguno. Resulta frecuente también que los argentinos no ocupen plaza de extracomunitarios en nuestras competiciones al disponer muchos de ellos también de pasaporte italiano.
No falta un pequeño grupo de quienes firmaron un contrato como futbolistas del Real Oviedo pero no llegaron a disputar ni un solo minuto con su camiseta en un partido oficial. Es el caso del mexicano Sobrón, el venezolano Franklyn, el chileno Valentini o el colombiano Olmes García.
Para burlar la imposibilidad de contratar futbolistas de otros países, en torno a los años setenta del pasado siglo se hizo frecuente en el fútbol español aprovecharse de la legislación que permitía a los clubes incorporar a sus filas a quienes tuviesen antepasados directos españoles, lo que provocó el nacimiento del fraude de los conocidos como oriundos, del que no se libró el Real Oviedo, por el que recalaban en España jugadores con documentación falsificada que se hacían pasar, sobre todo, por paraguayos con una supuesta sangre española que era inexistente. Los casos más relevantes en la entidad azul fueron los de Bravo y Jacquet.
Al margen de los americanos, el resto de los extranjeros que han jugado en el Real Oviedo proceden de Europa y en menor medida de África, un mercado este del que se ha empezado a nutrir nuestro club desde hace relativamente poco tiempo.
Ha habido un considerable número de países balcánicos que han suministrado jugadores al Real Oviedo, pero en cantidad muy inferior a la de futbolistas llegados desde el continente americano.
Y cerramos este pequeño repaso a los extranjeros que pasaron por nuestro equipo, con dos datos curiosos. Si bien el Real Oviedo no ha tenido hasta ahora futbolistas ni alemanes ni estadounidenses, en uno de los equipos fundadores como es el Real Stadium jugó durante algunos años Federico Rehberger, un alemán que viajó hace más de un siglo a por motivos laborales y acabó echando raíces en nuestra tierra. Por otro lado, Salvador Muñiz Artime, futbolista del Real Oviedo de la posguerra conocido como Negri, quien oficialmente figura como nacido en España, en realidad lo hizo en los Estados Unidos de América (en Kansas City concretamente), si bien con muy poca edad fue traído a Asturias, a donde retornaron sus progenitores después de haber emigrado.
La foto que ilustra este artículo muestra al futbolista mexicano Carlos Laviada, primer extranjero que jugó en el Real Oviedo, saludando a un niño en el terreno de juego.
CONSEJO DE HISTORIA