El fallecimiento de Luis Aragonés ha calado hondo en el seno de la familia del Real Oviedo, conjunto con el que en la temporada 1960/61 debutó en Primera División y al que casi cuatro décadas después dirigió también en la máxima categoría. Su paso como futbolista y como técnico le granjeó mucha simpatía entre el oviedismo, donde se le recordará con un cariño especial por su cercanía, lealtad, compromiso y carácter ganador.
El presidente del Real Oviedo, Jorge Menéndez Vallina, lamentó profundamente la pérdida de Luis Aragonés, a quien se refirió como “una persona que mostró un total respeto y una lealtad absoluta a un Club en el que fue entrenador y jugador. Los oviedistas le recordaremos con mucho cariño y no nos olvidaremos de él”. En una línea similar se expresó el entrenador de la primera plantilla, Carlos Granero, que se mostró contrariado por “la pérdida de uno de los referentes de los entrenadores de España. Transmitía mucha sabiduría, fruto de su dilatada experiencia en el mundo del futbol, era muy bueno en el cara a cara, siempre iba de frente, nunca se escondía y tenía una ironía impresionante”.
Durante su etapa como técnico en el club azul en la temporada 1999/2000, Aragonés tuvo a Quique Marigil como segundo entrenador, quien recuerda aquella etapa “con mucho cariño y de una enorme gratitud hacia Luis Aragonés, que me trató como un hijo”. “Cada día aprendía muchísimo de él, era una persona muy cercana y su fallecimiento supone una pérdida muy grande tanto para el oviedismo como para el futbol nacional e internacional”, concluyó Quique.
Precisamente, en aquella plantilla militaban el guardameta Esteban y el centrocampista Iván Ania, quienes también han tenido unas bonitas palabras hacia la persona de Luis Aragonés. El actual guardameta del Almería no dudó ni un instante en señalarlo como “el entrenador que más me ha marcado en mi carrera, tanto a nivel futbolístico como a nivel humano. Siempre estaba de lado de sus jugadores y me siento muy orgulloso de haber estado a sus ordenes durante dos años”. También añadió que “ha sido una de las piezas claves de la época más gloriosa del futbol nacional”.
Por su parte, Ania, que dirige al filial del Real Oviedo, comentó que “es un día triste para el mundo del futbol porque se nos ha ido una referente como futbolista y como entrenador. Posiblemente haya sido la persona que impulsó el cambio en el mundo del futbol nacional con la conquista de la Eurocopa de 2008”. A pesar de que únicamente estuvo un año bajo sus órdenes, Ania siempre le recordará porque “diariamente te aportaba muchísimas cosas, fruto de esa experiencia que él tenía. Sus frases, sus bromas y sus conocimientos serán algo en lo que coincidiremos las personas que tuvimos la fortuna de estar bajo sus órdenes”.
En su etapa como seleccionador español, Luis Aragonés visitó la capital asturiana para disputar un partido de clasificación para la Eurocopa de Austria y Suiza, que marcaría el inicio de una etapa de éxitos del combinado nacional. Precisamente, durante aquella estancia en Oviedo, Aragonés tuvo el detalle de acercarse hasta el Hospital Central de Asturias para visitar a Juan Luis Hevia, por aquellas fechas futbolista del Real Oviedo que había caído gravemente lesionado en la rodilla derecha durante un entrenamiento en El Requexón. “Aquel gesto no se me va a olvidar nunca porque me mostró su apoyo en uno de los momentos más complicados que he tenido en mi vida. Me transmitió toda su fuerza, su empuje y su ilusión para tratar de sacar el lado positiva a las cosas. Tenía un carácter que te enganchaba para siempre y aunque sólo fueron unos minutos quedé impresionado de su fuerza. Su fallecimiento es una pérdida muy grande para el mundo del futbol”, comentó el ex centrocampista azul entre 2007 y 2009.
El Real Oviedo ya ha expresado su más sentido pésame a la familia de Luis Aragonés y ya ha comunicado que mañana se guardará un minuto de silencio en los prolegómenos del partido ante el Club Deportivo Ourense en el estadio Carlos Tartiere. Los futbolistas lucirán también un brazalete negro en señal de duelo.