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En 1946 regresaba Lángara

Tras su etapa americana por causa de la Guerra Civil, el delantero se incorporaba de nuevo al Real Oviedo

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Tal día como hoy, un 20 de agosto, en el año 1946, Lángara llegaba a Asturias en medio de una gran expectación para jugar en el Real Oviedo por segunda vez en su carrera.
 
El gran delantero había debutado en el fútbol profesional con el Real Oviedo en 1930 y había sido pieza fundamental en el ascenso del equipo carbayón a Primera División en 1933. Tras haberse proclamado tres veces consecutivas máximo goleador de Primera, la guerra civil iniciada en 1936 le impidió seguir jugando en el fútbol español. Cruzó el Atlántico y triunfó en América.
 
Fue máximo goleador de la primera división argentina y, posteriormente, metió más goles que nadie en la máxima categoría del fútbol mexicano durante dos temporadas.
 
Después de una década fuera de España, Lángara deseaba regresar a su país y a su equipo de toda la vida, el Real Oviedo. Las negociaciones entre el presidente del club, Carlos Tartiere, y el jugador no fueron difíciles, ya que ambas partes deseaban lo mismo.

El 20 de junio de 1946 el presidente del Real Oviedo, Carlos Tartiere, recibía una carta de Lángara en la que este le comunicaba que aceptaba gustoso la oferta del club para su incorporación nuevamente al equipo de la capital del Principado de Asturias.
 
Lángara viajó desde América a España. Llegaría en barco a Bilbao. Tras estar en su Guipúzcoa natal un breve tiempo con su familia, tomaría un tren hacia Oviedo, a donde llegó el 20 de agosto. La noticia del regreso de Lángara había causado una enorme expectación. Era tal la multitud de personas que esperaba al goleador que a este, para evitar tumultos, le indicaron que se apease antes de llegar a la ciudad; concretamente en Colloto, pocos kilómetros antes, a donde se desplazaron para recibirle el secretario del club, Calixto Marqués, el entrenador, Manolo Meana, y el jugador Herrerita (como se puede ver en la fotografía que ilustra este texto).
 
El cambio de planes no sirvió de mucho, ya que la noticia corrió como la pólvora por la ciudad. Numerosísimos aficionados se enteraron de que Lángara iba a apearse en Colloto y acudieron a esperarlo a ese lugar. En medio de un gran tumulto de gente que quería ver de cerca a su ídolo, y no sin dificultad, lograron sacar a Lángara de allí para conducirlo en coche hasta Oviedo, directamente a casa de Carlos Tartiere, donde tras las salutaciones de rigor, el jugador firmó su contrato con el club. Ese mismo día, Lángara comenzó ya a entrenarse.

Para que los aficionados pudiesen disfrutar de Lángara, el club organizó para el 15 de septiembre, justo una semana antes de empezar la Liga, un partido amistoso entre el Real Oviedo y el Racing de Santander. El Stadium de Buenavista registró un lleno total y Lángara no defraudó en absoluto a sus seguidores. A pesar de contar ya 34 años de edad, marco 4 goles. El Real Oviedo ganó por 6-1.

Esa temporada, la 1946-47, en la que el Real Oviedo militaba en Primera División, de las 26 jornadas de Liga, Lángara jugó 20 partidos. Lógicamente, en el aspecto físico ya no era el mismo jugador de antes de la guerra; ya no tenía la misma potencia que antaño. Pero aún conservaba buena parte de su habilidad goleadora, como demuestra que en esos 20 partidos marcó 18 goles.