Tal día como hoy, un 8 de mayo, en el año 1956, Garrincha jugaba con su equipo, el Botafogo, un partido de carácter amistoso ante el Real Oviedo en el Stadium de Buenavista.
El Botafogo, uno de los clubs más laureados de Brasil, alineó como titular ese día a Manuel Francisco dos Santos, conocido popularmente como Garrincha, quien dos años después se proclamaría campeón del mundo con su selección en el Mundial de Suecia. Y en 1962, cuando la selección brasileña renovó su título mundial en Chile, Garrincha fue el gran protagonista del campeonato y elegido mejor jugador del torneo.
Aparte del interés en ver al equipo brasileño, la afición oviedista tenía en ese partido otro aliciente, cual era conocer a un portero venezolano que acababa de llegar al Real Oviedo; Gilbert Franklin Payne, conocido en el mundo del fútbol como Franklyn. No llegaría a debutar en partido oficial con el Real Oviedo y abandonaría el club antes de finalizar esa temporada, la 1956-57.
El entrenador del Real Oviedo, Eduardo Toba, alineó aquel 8 de mayo ante el Botafogo el siguiente once inicial: Franklyn, Seonae, Facio, Alvarito, Ferrer, Falín, Durán, Carriega, Aloy, Lalo, Castro. Al tratarse de un encuentro amistoso hubo numerosos cambios y también jugaron en el equipo carbayón Pita, José Luis, Toni II, Fábregas, Parajón y Herrera. El triunfo correspondió al equipo brasileño por 0-1.
Garrincha, que jugaba de extremo derecho, participó con la selección brasileña en tres ediciones de la Copa del Mundo (1958, 1962, 1966), de las cuales ganó dos. Se da la circunstancia de que la selección de Brasil no fue derrotada nunca en ninguna competición teniendo a Pelé y a Garrincha jugando juntos en el equipo.
Garrincha, considerado por muchos el mejor regateador de todos los tiempos, jugó 60 partidos con la selección brasileña, de los que ganó 52, empató 7 y perdió 1. Falleció el 20 de enero de 1983 en Río de Janeiro. Su entierro concitó a una gran multitud; miles y miles de personas se agolparon para ver pasar el féretro de Garrincha, uno de los dioses del fútbol brasileño.
Para darse cuenta de la trascendencia de Garrincha en el mundo del fútbol, baste decir que el mítico estadio de Maracaná puso dos nombres a sus vestuarios; a uno lo bautizó con el nombre de Pelé, al otro lo llamó Garrincha.