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Poder jugar frente al Mosconia en el ya lejano 31 de agosto de 2003 constituyó un hito en la historia del Real Oviedo, la cual podía haber finalizado de cuajo en aquellos convulsos días.
Las circunstancias habían provocado que poder salir a competir, aunque fuese en Tercera División, significase un triunfo para un club histórico, como el carbayón, con una hoja de servicio más que notable en el fútbol español.
Ahora, 18 años después, los protagonistas de entonces permanecen en la memoria colectiva oviedista. Kily fue uno de ellos. Saltó al césped del Tartiere por primera vez aquel 31 de agosto de 2003, frente al Mosconia.
Kily, David Álvarez Aguirre en la vida civil, se encuentra ya retirado del fútbol profesional, pero no ha abdicado de su ferviente oviedismo. Vive intensamente el día a día del Real Oviedo mantiene muy vivos en su memoria los partidos que disputó en el Carlos Tartiere.
Y ha regresado al estadio, ha saltado al césped de nuevo y se ha visto invadido por unos recuerdos y sensaciones muy especiales, únicos. Con él lleva una camiseta suya de aquella singular temporada para el oviedismo, la campaña 2003-2004.
La ha guardado todos estos años como oro en paño, como una auténtica reliquia, que verdaderamente lo es para la religión oviedista. Y, pese a haber tenido golosas ofertas de particulares por tal joya, la ha donado generosamente al Real Oviedo, al club de su alma, en el que ya forma parte de su historia para siempre.