Hasta el final, así peleó el Real Oviedo Vetusta un partido que se le puso muy pronto cuesta arriba, pero al que jamás le perdió la cara, a pesar de las lesiones, y con una gran importancia de la totalidad del equipo, con cambios desequilibrantes introducidos desde el banquillo.
Miguel Narváez, Marcos Lopes, Espi, Marco Esteban, Omar Falah, Tejón, Enzo, Dieguito, Castri, Guille Berzal y Joaquín Delgado. Fue el once de Roberto Aguirre en una tarde marcada por la lluvia, y el ambiente ya otoñal en las instalaciones de El Requexón.
Sin haber alcanzado ni el primer minuto de juego, literalmente en la primera jugada del partido, el filial pucelano se puso por delante en el marcador en una rapidísima acción sentenciada, tras internada por banda derecha, de Carvajal. Los azules buscaron igualar el marcador y dominaron más tanto el juego como las llegadas claras, pero sin acierto de cara a gol. Una mala caída defendiendo un saque de esquina supuso una lesión de hombro para Enzo, que tras unos minutos con el juego detenido y siendo atendido sobre el terreno de juego, fue sustituido por Cheli. Así se llegó al descanso, con ventaja para el Valladolid Promesas en el marcador.
Ya en la segunda mitad continuó el Vetusta buscando el gol del empate, y el filial pucelano buscando sus opciones con alguna llegada por banda derecha. Roberto Aguirre introdujo un triple cambio con el que logró la reacción. Adri Fernández, Pablo Agudín y Lucas Antañón sustituyeron a Castri, Berzal y Marcos Lopes, dos de ellos con amarillas. Llegó entonces el tanto oviedista, en un primer chut de Agudín que, al rechace, enchufó Joaquín. Y llegó la remontada, peleada hasta el añadido. El recién incorporado desde el banquillo Coballes anotó para delirio oviedista, el dos a uno definitivo que le dio la victoria, tercera consecutiva, a los de Roberto Aguirre ante el Valladolid Promesas, en El Requexón.
