Hay historias que merecen ser contadas. Historias que nacen del corazón, de la pasión por unos colores. La de Alejandro García, oviedista inquebrantable, es una de ellas.
A Alejandro no le tocó el premio en las cartas digitales de FIFA Collect, pero su ilusión era tan grande que no dudó en comprar ese privilegio a otro aficionado afortunado. No era solo un viaje. No era simplemente volar en el mismo chárter que los suyo camino a Huesca. Para Alejandro, era un regalo de esos que dan vida.
Asiduo al Tartiere, rostro conocido en las experiencias VIP del club, Alejandro está saliendo de una dura batalla, que le obligó a parar, a luchar día a día por seguir adelante. Pero nunca dejó de soñar en azul.
Cuando se enteró de que uno de los premiados de FIFA Collect ponía a la venta su privilegio de volar con el equipo a un partido fuera de casa, su corazón carbayón latió más fuerte. Lo vio claro: quería estar ahí. Con ellos. Con el equipo al que ha entregado su vida y su pasión.
El viaje a Huesca no fue un simple desplazamiento. Fue el símbolo de una victoria personal. Desde el primer minuto en el aeropuerto hasta la llegada al Alcoraz, Alejandro vivió cada instante con emoción, con la camiseta azul bien pegada al pecho.
Y no pasó desapercibido. Jugadores y cuerpo técnico lo acogieron como uno más. Porque en el Real Oviedo, los aficionados son el alma. Y la de Alejandro, sin duda, es una de las más fuertes y luchadoras.
Este club se construye con historias como la suya. Historias que no entienden de estadísticas ni de resultados, pero que dejan huella. Porque ser del Real Oviedo es, sobre todo, una forma de vivir.
Gracias, Alejandro, por recordarnos lo que significa ser oviedista.