Skip to main content

La contracrónica del Villarreal - Real Oviedo

Lanzamos nueva sección para celebrar nuestro regreso a Primera División, en la que contaremos desde dentro aquellos momentos que el oviedismo llevará para siempre en su memoria

Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!

Veinticuatro años después, parecía una eternidad, pero el Real Oviedo, cual ave fénix, resurgió de sus cenizas y demostró al mundo que cuando uno persigue sus sueños, con trabajo y esfuerzo, todo se puede lograr.

De la mano del Grupo Pachuca, el conjunto de la capital del Principado volvió a la élite del fútbol y lo hizo en el Estadio de La Cerámica. Resultados a parte, la noche de ayer es de esas que va a quedar grabada en la memoria de los oviedistas. Los más de quinientos que portaban con orgullo la elástica azul en la casa del submarino amarillo, y los otros muchos que vieron a su Oviedín por televisión.

Fue una noche mágica, eso nadie nos lo va a poder quitar, porque como si de una película se tratase el guión inicial, y no hablamos de lo meramente futbolístico, escondía varias tramas a desarrollar.

Y es que la del Real Oviedo a Primera no fue la única vuelta que se dio ayer en La Cerámica. Santi Cazorla, que entra en el TOP 10 de jugadores más veteranos en jugar en la historia de LALIGA, regresó a la que fue su casa, donde dejó su nombre grabado para la eternidad e hizo partícipe al mundo de la magia que atesora en sus botas. Prometemos que no paró de sacarse fotos, firmar autógrafos y saludar a niños y mayores, siempre con la sonrisa que le caracteriza. Trabajadores, excompañeros y hasta algún ilustre artista, como Carlos Latre, quisieron devolverle todo el cariño que nuestro mago merece. Estamos tan agradecidos y tan orgullosos de ti, San, que somos unos afortunados de tenerte.

Y de Santi Cazorla pasamos a Dani Calvo. El capitán azul también hizo historia igualando a Jandro como el jugador en activo con más partidos defendiendo la elástica del conjunto de la capital del Principado. Sí, es paradójico y a la vez guarda todo el encanto de lo que suponía volver. El día que el Real Oviedo regresaba a Primera División un tipo de Huesca, al que un día le picó el bicho azul, iguala a uno de esos héroes del barro, esos que en 2003 decidieron no abandonar y salir a competir cuando todos nos daban por muertos. Jandro y Dani, Dani y Jandro, formáis parte de nuestra historia, esa historia que por mucho que algunos se empeñen en borrar a nosotros nos llena de orgullo contar. Porque esti muertu tá mui vivu, como dice el gran Miguel Fernandí.

Los reencuentros de nuestro mago con su gente de Villarreal no fueron los únicos que se produjeron ayer en La Cerámica. Corría el año 2013 cuando el Real Oviedo luchaba por subir a Segunda Division, allí dos compañeros de vestuario Eneko y Diego Cervero nunca imaginaron que los caminos de la vida les llevarían a reencontrarse en el regreso del conjunto de la capital del Principado a Primera División. Uno como médico del Club y el otro como comentarista de DAZN volvieron a abrazarse sobre el verde del estadio castellonense, donde rememoraron viejas hazañas y echaron la vista atrás recordando todo lo que les ha traído hasta el día de hoy.

Y si seguimos con el tema del orgullo, ¿qué más nos puede hacer sentir orgullosos que ver talento de El Requexón en la élite?. Borja Sánchez, Omar Falah y Marco Esteban se sumaron a Santi Cazorla como canteranos oviedistas que han jugado en Primera, y eso es mérito de todos esos técnicos que durante años vienen formando a generaciones de futbolistas que persiguen el sueño de jugar con el primer equipo. Omar, Borja, Marco estamos orgullosos de vosotros.

Y no podíamos cerrar esta contracrónica sin mencionar una circunstancia que para el departamento de comunicación, quien escribe estas líneas, es motivo de satisfacción. Tras más de dos décadas al servicio del Club, con una cámara siempre al hombro, y un carácter, a veces, un poco avinagrado, nuestro compañero y amigo, porque aunque lo haya dejado la pasada campaña siempre lo será, Jonás Sánchez, pudo presenciar el regreso de su Real Oviedo al lugar donde se merece. En la grada de La Cerámica, acompañando al oviedismo que se congregó para la ocasión, alentó a los suyos y vivió esta cita histórica.

Sin lugar a dudas lo de ayer fue mucho más que fútbol, fue magia, reencuentros, sueños cumplidos y el principio de un camino que, con orgullo, valor y garra, comenzamos a recorrer.