El Real Oviedo festejó su 85º aniversario con una victoria por la mínima (0-1) ante el Lemona en un partido marcado por el bonito tanto de Pascual en el minuto 77
Los azules, con 42 puntos, encadenan su cuarta victoria consecutiva y sexto encuentro invictos
*Aitor Sanz, baja por acumulación de tarjetas para recibir al Guijuelo
S.D. Lemona, 0; Real Oviedo, 1
ALINEACIONES:
S.D. Lemona: Alcalde; Apraiz, Eneko, Mendinueta, Gurrutxaga; Solaun, Unai (Iker Seguin, minuto 82); Goti, Abasolo, Rebollo (Iker Izeta, minuto 75); y Orbegozo (Eder Díez, minuto 73).
Real Oviedo: Aulestia; Víctor Díaz, Negredo, Jorge Rodríguez, López Ramos; Xavi Moré (Gonzalo, minuto 88), Aitor Sanz, Pascual, Nano; Manu Busto (Perona, minuto 70) y Rubiato (Jandro, minuto 61).
ÁRBITRO:
Arias López, perteneciente al Comité Cántabro. Amonestó a los locales Apraiz y Eneko, y a los oviedistas Aitor Sanz, Jorge Rodríguez y López Ramos.
EL GOL:
0-1, minuto 77. Pascual, de derechazo ajustado, desde la frontal del área
INCIDENCIAS:
Encuentro correspondiente a la trigésimo primera jornada del campeonato de Segunda B, disputado en el estadio Arlonagusia ante cerca de 400 espectadores. Presencia de casi dos centenares de aficionados azules. Césped en buen estado. El delantero Miguel, que se encuentra recuperándose de un esguince en el ligamento lateral interno de su rodilla derecha, presenció el partido desde la grada.
El Real Oviedo de Pacheta no tiene techo. Los azules se impusieron (0-1) en su visita al Lemona y lograron su cuarta victoria consecutiva en Liga, que sirvió también para endulzar un día muy especial para sus aficionados debido a que hoy, sábado, se celebra el 85º aniversario de la entidad. Además, los tres puntos sumados en Arloganusia permitieron romper tres estadísticas negativas hasta la fecha. Pascual se convirtió en el primer futbolista azul que marcó un gol en el campo cementero, donde también se registró el primer triunfo oviedista. Además se estrenó el casillero de victorias como visitantes en un partido disputado coincidiendo con el aniversario carbayón.
Por tercera semana consecutiva, el entrenador José Rojo, Pacheta, repitió el mismo once inicial que tan buenos resultados había cosechado ante La Muela y Deportivo Alavés.
El conjunto azul volvió a mostrarse fiel al “estilo Pacheta”. El burgalés ha inculcado a sus jugadores su propio método de trabajo y éste va dando sus frutos. Su equipo volvió a utilizar un juego directo, con muy pocos errores en la línea defensiva e hizo de su visita a Arlonagusia un partido no muy vistoso para los espectadores, en el que apenas hubo acciones combinativas. En definitiva, un partido clásico de Segunda B, con mucho juego aéreo y segundas jugadas. Al final, y cuando peor lo estaban pasando los carbayones, un potente y ajustado golpeo de Pascual desde la frontal del área en el minuto 77 propició que los tres puntos viajasen a la capital asturiana por cuarta jornada consecutiva.
El campo de Arlonagusia es uno de los clásicos de la categoría de bronce del fútbol español y tiene unas particularidades tanto en sus dimensiones, más pequeño que el Carlos Tartiere, como en el muro que se prolonga por la banda de los banquillos que le convierten en uno de los más complicados de la categoría.
A ello hay que sumarle que el conjunto que dirige Larrazabal sabe adaptarse perfectamente al terreno, con lo que el encuentro iba a ser poco vistoso para el espectador.
La zaga oviedista no se lo pensaba dos veces y buscaba siempre la envergadura del delantero Borja Rubiato, que se fajaba continuamente con sus marcadores en un intento de dejar balones francos para su compañero Manu Busto o para las llegadas de los cuatro centrocampistas, que únicamente entraban en juego en las segundas jugadas.
Cuando esto último sucedía, los de Pacheta trataban de rasear el esférico y profundizar por los extremos con las aportaciones de Nano y Xavi Moré, aunque sus golpeos y otro de Aitor Sanz desde la frontal del área se marcharon altos, incluso alguno fuera del recinto cementero.
La aproximación de mayor peligro para el bando azul recayó en una acción individual de Manu Busto con un centro-chut que finalizó en saque de esquina después de que el guardameta Alcalde despejase para evitar cualquier otro contratiempo.
Los locales, por su parte, únicamente inquietaron a Aulestia en los primeros compases con una acción individual de Goti que el de Ondarroa atajó con mucha seguridad. El resto de acometidas, fundamentalmente faltas, se marcharon desviadas.
El primer tiempo llegaba a su fin y dejaba el poso de que los oviedistas merecían más por haber expuesto más que su rival.
En cualquier caso, esa tónica cambió tras el tiempo de descanso. Los de Larrazabal dieron un paso al frente y pasaron a dominar el partido, fundamentalmente gracias al trabajo de Abasolo, sobre el que giró todo el bagaje ofensivo de los suyos. El habilidoso centrocampista trataba de profundizar, normalmente en acciones individuales, pero la línea defensiva carbayona trataba de imponerse. Se vivían minutos de agobio, con los locales cerca del área de Aulestia pero sin llegar a ponerle en problemas. Únicamente Solaun chutó a portería desde la frontal del área tras una rápida jugada colectiva.
Los de Pacheta no se descomponían. Se sienten fuertes y confían en sus posibilidades, aunque en este segundo periodo atravesaban por una fase en la que no tenían el balón y estaban encerrados en su propio campo, pero valió una combinación de Xavi Moré y Víctor Díaz para que el partido se decantase. El sevillano dobló al vallisoletano y centró al borde del área, donde Pascual conectó un ajustado derechazo con el interior que hizo inútil los intentos del guardameta local por atajarlo.
Bonito tanto del canterano, que dedicó su gol a su padre Pascual, presente en las gradas de Arlonagusia.
A partir de ese instante, los locales se volcaron en las acciones ofensivas, llegando Larrazabal a dar entrada a Iker Seguin como delantero. La defensa visitante rayó a buen nivel y ayudó a que Aulestia mantuviese su puerta a cero. En el aspecto ofensivo, los de Pacheta pudieron ampliar el marcador en varias jugadas al contragolpe, especialmente en una con el tiempo ya cumplido y que Jandro remató fuera por muy poco.