Aún no hay reacciones. ¡Sé el primero!
La aprobación del profesionalismo en el fútbol español en 1926 fue determinante para que, tres años después, se empezase a disputar el Campeonato Nacional de Liga. Pese a las dudas iniciales, la nueva competición no tardó en superar en relevancia a la Copa del Rey, si bien esta mantuvo su consideración de Campeonato de España.
Ante la nueva situación creada, la Federación puso en marcha, para el fútbol no profesional, el Campeonato de España de Aficionados, cuya primera edición tendría lugar en 1930. Pasó así a existir desde entonces en nuestro país un club campeón de España profesional (el ganador de la Copa) y otro aficionado.
El sistema de competición que se adoptó fue un calco del que se venía utilizando entonces para la Copa de España. En consecuencia, se organizaban campeonatos regionales entre los equipos aficionados, cuyos vencedores se ganaban el derecho de enfrentarse entre ellos (mayormente mediante eliminatorias a dos partidos, si bien hubo ediciones en las que se adoptó un sistema de liguillas), hasta la celebración de una final que determinaba el campeón. Hasta 1971, la final se jugaba a un partido en una sede neutral; posteriormente, se pasaría a disputarla en dos partidos, con ida y vuelta en los campos de los finalistas.
Asturias tuvo su Campeonato Regional de Aficionados desde el primer momento, con diversos formatos y un ámbito territorial de competición que fue en aumento, pues desde 1932 el campeonato fue Astur-cántabro, en 1936 se convirtió en Astur-gallego y en 1942 pasó a ser Astur-montañés (con participación de equipos de las actuales Cantabria y Castilla y León). Desde 1952 volvió a disputarse exclusivamente entre clubes asturianos.
En los años treinta era la Sportiva Ovetense el mejor representante del fútbol aficionado en la capital del Principado de Asturias; y es que tuvo participaciones brillantes, pues alcanzó el subcampeonato regional en dos
ocasiones y se proclamó campeón en la edición de 1933 tras derrotar al Racing de Mieres en un partido de desempate. Se ganó así el derecho a competir en la fase nacional y firmó un destacado papel, pues alcanzó las
semifinales, en las que quedó eliminada por el Sevilla aficionado.
Tras la Guerra Civil, dicho equipo competiría como Sociedad Deportiva Vetusta primero y como Real Oviedo Aficionado después. Ya como segundo equipo oficial del Real Oviedo, le costó tener una participación destacada. De hecho tuvo que esperar hasta 1965 para proclamarse campeón regional, cuando venció al Club Siero en la final. Después, en su primera presencia en el Campeonato de España, eliminó al Rápido de Bouzas y avanzó hasta los cuartos de final, en los que cayó eliminado a manos de la U. D. Salamanca.
Aunque no repitió el título regional hasta la edición de 1978, tras derrotar al Luarca por cinco a uno en la final, su presencia en el Campeonato de España de Aficionados ya era más habitual desde que habían pasado a clasificarse también quienes terminaban segundos en los torneos regionales, un puesto que ocupó en alguna que otra ocasión. Pero no lo hacía con excesiva fortuna, pues resultaba eliminado a las primeras de cambio. En 1978 sí pasó la ronda de dieciseisavos de final, en la cual se enfrentó al equipo coruñés del Padrón, si bien quedó apeado a continuación a manos del Erandio.
A finales de los años setenta el planteamiento de la competición cambió. Con abundancia de equipos dependientes participando, —entre los que dominaban los conjuntos del Real Madrid y F. C. Barcelona—, y con un fútbol español muy diferente al de sus inicios, pasó a enfrentar a equipos formados por futbolistas sub-23. El cambio le sentó bien a los carbayones, que comenzaron a dominar en Asturias (vencieron en cinco ocasiones y quedaron segundos dos veces más) y a ser casi fijos en la competición nacional, si bien los cuartos de final parecían ser su techo. En 1982 alcanzó esa eliminatoria y cayó con el segundo equipo del Osasuna. Y en 1984 volvió a llegar a cuartos de final, en los que el Chantrea eliminó a los oviedistas en el desempate mediante lanzamientos desde el punto de penalti.
La edición de 1985 sería en la que mejor actuación iba a firmar el Real Oviedo Aficionado. Paradójicamente, no había obtenido el título regional —que se fue a las vitrinas del Luarca, vencedor de una liguilla—, y accedió al Campeonato de España como segundo clasificado, por lo que tuvo que disputar una eliminatoria previa en la que se deshizo del conjunto coruñés del Orillamar. Ya en dieciseisavos de final, quedó emparejado con el equipo tinerfeño de La Laguna, a quien eliminó con facilidad. El rival en octavos sería mucho más cercano, el C. D. Guecho, y los azules volvieron a pasar de ronda con comodidad. En cuartos de final eliminaron al Tolosa y, tras hacer lo propio en semifinales con el Olímpico de Totana, el Real Oviedo Aficionado lograba el pase a la final. Se convertía así en el cuarto equipo asturiano en conseguirlo, tras el Club Gijón (1930), el Stadium Avilesino (1940) y el Langreano (1943). Los tres habían conseguido además ganarla, con lo cual se habían proclamado campeones de España aficionados.
En la final el Real Oviedo Aficionado tendría como rival al Naval de Cartagena. El encuentro de ida se disputó en el Carlos Tartiere el 22 de junio de 1985 y los locales se alzaron con el triunfo por tres goles a uno, lo que parecía colocarlos en buena disposición para alzarse con el título.
Pero en la vuelta, en tierras murcianas, en el campo de Los Juncos, caerían por cuatro a uno tras una desgraciada tarde que les privó del título. Con Julio Marigil como entrenador, la alineación de los azules fue la siguiente: Tallos, Cruz, Luis Manuel, Gabi, Bobes (Miranda), Tomy, Corsino, Carneiro, Juan Luis, Nené y Pipi (Chusi). Los locales marcaron a los dos minutos de iniciarse el choque y antes de llegar a la media hora de juego el marcador ya reflejaba un contundente tres a cero. Pese a que un gol de Juan Luis llegó a igualar la eliminatoria y a que los oviedistas dispusieron de alguna clara ocasión de gol —incluido un penalti fallado—,
el Naval anotaría en el tramo final el cuatro a uno definitivo que le hizo proclamarse campeón.
Después de celebrarse dos ediciones más, en 1987 dejó de jugarse el Campeonato de España de Aficionados, de cuya disputa se había convertido en habitual el segundo equipo del Real Oviedo.
CONSEJO DE HISTORIA DEL REAL OVIEDO