En su cuarta temporada en la cantera oviedista, Carlos Suárez Fuenteseca (Oviedo, 1993) recibe año a año a esos pequeños futbolistas que están a un paso de dar el salto de fútbol 8 a fútbol campo, y lo hace con la misma ilusión del primer día, tratando de introducirlos en las primeras nociones de un mundo que, aunque parezca que no deja de ser conocidos para ellos, les suscita nervios y ganas a partes iguales.
“Buscamos el crecimiento del futbolista, pero también ese sentimiento de pertenencia, implantándoles la importancia de que sepan dónde están”. Con esta máxima nos atiende el entrenador del primer equipo Alevín, tras cuatro campañas ocupando su banquillo, repasa las claves del trabajo con los chicos.
De las primeras etapas a las actuales, el ovetense reconoce que “hay diferencias, se nota sobre todo a nivel grupal. Los niños son más competitivos”. Además, en cuanto a su trabajo, Carlos Suárez destaca que “vamos a que conozcan espacios de juego, las relaciones por líneas, aptitudes individuales. También llevamos a cabo juegos en grupos reducidos, trabajos micro sectoriales, contacto con balón…”.
Inmerso en la 21/22, “una temporada distinta y atípica”, el técnico del Alevín A insiste en que el objetivo diario pasa por “ir progresando semana a semana, implementar la mejora técnica y del juego. Siempre esperamos el partido del sábado para poder competir y ver ese progreso”.
Finalmente, ante la nueva etapa que se les plantea a los futbolistas que entrena, afrontando el salto a fútbol campo, Carlos Suárez asegura que “están con ganas. Nosotros desde finales de octubre entrenamos un día a la semana en campo completo para que vayan cogiendo el hábito. Ilusión por acercarse al fútbol real, lo afrontan”.
En definitiva, trabajo por y para la formación de los futbolistas de categorías inferiores, así es como Carlos Suárez encara sus días al frente de los alevines, gestionando la formación, la ilusión y las ganas de los pequeños por seguir creciendo.
