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Lluvia sí, pero no de goles

Que no falla, se sabe. Que no iba a fallar, se sabía. Pero que iba a responder como lo hizo sorprendió a propios y qué decir de a los ext...

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Que no falla, se sabe. Que no iba a fallar, se sabía. Pero que iba a responder como lo hizo sorprendió a propios y qué decir de a los extraños.
La afición oviedista, la marea azul, ya no merece ningún calificativo, porque su actitud supera todo, pero la tarde de ayer en León fue inolvidable. Salvando las distancias, el motivo y las consecuencias, todo hacía recordar aquella impecable tarde de junio de 2005 en Ávila. Desde la zona de prensa donde nos encontrábamos volvimos a ver una grada plenamente azul, cantando, animando, poniendo los pelos de punta a cualquiera que viese y escuchase los bufandeos y los cánticos. Cuando se entonó el Asturias, patria querida, poco había que decir ya.
Mayoría absoluta de aficionados azules, casi 3.000 almas viajadas desde Asturias con el único propósito de animar a su equipo.
Y todo ello tras una jornada de domingo, en muchos casos también de sábado y en algunos de viernes, en la que el león rampante que impresiona desde el escudo de la preciosa ciudad de León cambió su color por el azul de nuestra camiseta. Una invasión pacífica, una toma como la de aquellas murallas de Ávila… una muestra de que el deporte, el fútbol, es un elemento de unión entre aficiones y nunca de pelea.

Lástima que el resultado, que no el partido, defraudase a ambas aficiones, descontentas las dos con el marcador y contentas cada una con un tiempo de su equipo. Y lástima que la lluvia desluciese el espectáculo, cayendo incesantemente sobre la capital vecina.

Nunca mejor que ayer se puede acudir a la manida frase de “un tiempo para cada equipo”. El Real Oviedo salió llenó de ambición, ganas, juego y calidad, arrinconando a una Cultural Leonesa que intentó aprovechar su juego a la contra, afortunadamente sin resultado. Los nuestros salieron con una defensa muy adelantada, casi en el centro del perfecto césped del Antonio Amilivia. Delanteros y centrocampistas ejercieron una presión constante sobre la defensa rival, impidiendo que el balón saliese con claridad del campo local y llevando peligro a la meta defendida por Aulestia, aunque la Cultu también tuvo sus ocasiones.
Hubo incluso jugada polémica, al ser anulado un gol de Jandro por fuera de juego, al aprovechar un rechace de Aulestia a tiro de Jon Carrera, muy motivado hoy el berciano.

Y la segunda parte fue… otro partido. El Real Oviedo que habíamos visto en los primeros 45 minutos desapareció de la escena para dar entrada a un equipo apático, sin ritmo, falto de fuerza y concentración. La Cultural se encontró con la sorpresa de poder jugar a placer, de internarse hasta la meta de Rafa y de disparar sin problema, salvando en algún caso Rafa y en algún otro los palos goles clarísimos. Lo que fallaron ayer los jugadores de la Cultural puede ser una explicación de su situación en la tabla, porque se mostraron absolutamente negados ante el gol. Por suerte para nosotros.

La consecuencia es que en este momento nos encontramos a cinco puntos del cuarto puesto, que da derecho a disputar la fase de ascenso, en lugar de a tres, pero no todo está perdido ni mucho menos. Si bien la sensación al abandonar el Antonio Amilivia era de tristeza e impotencia, con la mente fría y viendo el camino que nos queda por recorrer, nos debemos mostrar animosos, porque AÚN PODEMOS, AÚN QUEREMOS Y LO VAMOS A LUCHAR.
El próximo domingo, ¡TODOS CONTRA EL BURGOS!