Con la terrible invasión rusa a Ucrania se generaba casi al mismo tiempo una ola de solidaridad que recorría prácticamente todos los rincones de la tierra. El Real Oviedo miraba de frente al problema y como no podía ser de otra manera se ponía a trabajar desde un primer momento en aportar su granito de arena para facilitar la vida de aquellos ucranianos que tuvieron que huir de su país.
A través del trabajo de la Fundación, de numerosas instituciones, organizaciones y personas a título individual como el exguardameta del primer equipo Andriy Lunin se consiguió que familias como la de Viacheslav Struherian consiguieran dejar atrás una pesadilla y encontrarar en Oviedo su nuevo hogar.
Siete meses después del inicio del conflicto bélico, y gracias a la labor social del Real Oviedo, Viacheslav no solo pudo salir de Járkov, hoy en día trabaja como operario en labores de mantenimiento en las instalaciones del Fundoma.
Además, 'Slava', como le conocen sus amigos, junto a su mujer Valentina y su hija Aurika (16 años) acuden a clases de español también gracias al incesante trabajo de la Fundación. Con ellos también llegaron a la capital del Principado sus otros hijos Alina (6 años) y Dima (13), que juega en la Escuela de Fútbol Real Oviedo.
La tragedia lejos de Asturias continúa, muchas familias no encontrarán consuelo a la sinrazón de unos pocos, pero al menos el fútbol y el Real Oviedo han servido para poner un poco más fáciles las cosas a quien ha encontrado sin buscarlo algo más que un balón de oxígeno.
