Isidro Lángara, el más grande goleador español de todos los tiempos según la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS), firmaba por el Real Oviedo en un día como hoy, un 1 de diciembre, en el año 1930.
Con tan solo 18 años comenzaba su andadura profesional en el Real Oviedo, que le llevaría a proclamarse tres veces consecutivas máximo goleador de Primera División en el campeonato liguero de España y a ser considerado el mejor delantero centro del planeta tras su actuación en la Copa del Mundo de 1934.
El joven Isidro llegó en tren hasta Oviedo, con tanta ilusión como incertidumbre por su futuro. A sus 18 años de edad apenas había salido antes de su tierra vasca natal.
Prácticamente sin entrenarse con su nuevo equipo, unos pocos días despuésde llegar a la capital del Principado, debutaba en el estadio de Teatinos contra el Athletic Club de Madrid en encuentro de Segunda División. En ese su primer partido con el Real Oviedo ya dejó su sello. El conjunto carbayón ganó 4-1 y Lángara hizo dos de los goles de su equipo.
Se puede decir que ya no paró de hacer goles. Sobre todo, desde el momento en que pudo abandonar la posición de interior izquierdo y pasó ya a jugar de delantero centro.
Se proclamó máximo goleador de Segunda en la temporada 1931-32. Al año siguiente continuó exhibiendo su gran habilidad goleadora y fue pieza clave en el ascenso del Real Oviedo a Primera.
En sus tres primeras temporadas en Primera conquistó ininterrumpidamente el título de máximo goleador. Se alzó con ese honor en las campañas 1933-34,1934-35 y 1935-36. Su reinado como mejor goleador del fútbol español se vio truncado por la Guerra Civil. Lángara tuvo que marcharse lejos, allende el Atlántico, pero no por ello dejó de hacer goles y de triunfar.
Se proclamó máximo goleador de la primera división argentina en 1940 y fue campeón de goleo en la máxima categoría del fútbol mexicano en 1944 y 1946.
Al final de su etapa de futbolista quiso regresar al Real Oviedo. Y volvió. Y fue recibido por la afición oviedista como lo que era, un auténtico ídolo. Su regreso en 1946 a la capital de Asturias, donde realmente se le adoraba, resultó un auténtico acontecimiento social. Miles de personas se echaron a la calle para recibir a quien seguía siendo uno de los suyos a pesar de los años transcurridos. Se le había añorado mucho.
A sus 34 años, ya no tenía la fuerza de antaño, pero aun así seguía siendo un gran futbolista; marcó todavía unos cuantos goles, incluido algún *hat-trick*, como en los viejos tiempos, y proporcionó tardes de gloria al oviedismo.
Cuando una lesión y los años le obligaron a retirarse, dejó una impresionante media de goles por partido. En la Primera División de España marcó 1,16 goles por encuentro (105 tantos en 90 partidos), un promedio que ningún otro jugador ha podido superar ni tan siquiera igualar en los más de 90 años de historia de la liga española. Isidro Lángara es el único jugador español que aparece en la lista de los mejores goleadores de primera división de todo el mundo elaborada por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS, siglas en inglés).
