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Hace 30 años Asturias celebraba un gran ascenso

Una multitud de personas se echó a la calle en diferentes localidades para festejar la vuelta del Real Oviedo a Primera División

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Tal día como hoy, un 5 de junio, en el año 1988, Asturias se echaba a la calle para celebrar el regreso del Real Oviedo a Primera después de que hubiera disputado las anteriores 12 temporadas en Segunda.

En una gran parte de las localidades asturianas hubo celebraciones por el ascenso; el trayecto entre Oviedo y el aeropuerto provincial se vio inundado por un río de gente y coches, en medio de un enorme ambiente festivo.

El día anterior, el Real Oviedo había empatado en el estadio Luis Sitjar, en la capital de las Islas Baleares, ante el Real Mallorca, en un tenso partido que finalizó sin goles. Era el encuentro de vuelta de una eliminatoria por un puesto en Primera División. En el partido de ida, disputado una semana antes en el estadio Carlos Tartiere, sito entonces en Buenavista, el conjunto carbayón se había impuesto por 2-1, con goles de Julià y Carlos para el equipo carbayón.

Lograba por tanto el Real Oviedo ascender a Primera División, lo que provocó una explosión de alegría que volvió a manifestarse en toda su amplitud al día siguiente, cuando la expedición del conjunto carbayón llegó a Asturias por vía aérea procedente de Mallorca.

Con motivo de la llegada del equipo azul a Asturias, el aeropuerto se llenó de coches hasta la bandera, al igual que las inmediaciones de la instalación. El caudal de vehículos en las calzadas desde Oviedo hasta el aeropuerto era ingente. Ante las dificultades para llegar a la instalación aeroportuaria, muchas personas optaron por estacionar sus vehículos en los arcenes de las carreteras por donde iba a transitar el autobús del equipo carbayón e incluso en las banquinas de la autopista entre Avilés y Oviedo.

Actuaciones folclóricas improvisadas, aplausos, vítores y un reguero de gente casi continuo desde el aeropuerto hasta la capital del Principado jalonaron en un ambiente de auténtica hilaridad el trayecto de la expedición carbayona hasta la casa consistorial de Oviedo, para el cual fueron necesarias varias horas, dado el ritmo al que circulaba el autobús del equipo ante las innumerables muestras de cariño que el gentío mostraba por doquier al equipo recién ascendido.