El entrenador del Real Oviedo Vetusta, Emilio Cañedo, ha comparecido en la sala de prensa de El Molinón.
Tras la victoria del filial ante el conjunto gijonés, el preparador oviedista ha llevado a cabo la valoración del encuentro, asegurando que "ha habido dos mitades muy diferentes. La primera parte fue un tiempo en el que tuvimos el control del partido, con la posesión. La segunda parte viene condicionada por la expulsión, nos costó entrar. Juntamos las líneas e hicimos un partido feo, pero impecable. Hoy todo el equipo ha estado muy bien defensivamente".
En cuanto a la entrada de Vanderson en la punta de ataque, el ovetense asegura que "trabajamos para que todos se sientan importantes. A Steven no lo teníamos al cien por cien y no quisimos arriesgar. Queríamos tener el control del partido en el centro del campo y que Vanderson nos diese profundidad".
Preguntado por la importancia de acabar el encuentro sin encajar, Cañedo considera que "siempre hablamos de que con portería a cero se tendrá posibilidad de puntuar. Venimos trabajando muy bien en las últimas semanas, pero los pequeños detalles nos condenaron. Hoy estuvimos impecables y no dimos pie a que se produjesen esos pequeños detalles".
Sobre la expulsión de Riki, el entrenador carbayón señala que "es un lance del juego. Me pilla lejos y no se si es expulsióin. En el contexto de la jugada no parece, pero no sabría decir el alcance de la entrada".
Finalmente, preguntado por lo que supone ganar el derbi de filiales, Cañedo reconoce que "estoy muy satisfecho por el trabajo y contento, soy nuevo en el cargo, pero no en el club. Siempre he tenido esa rvialidad sana. Es una inyección de moral. Somos los dos equipos más representativos de la región, y el hecho de que los duelos se decanten a nuestro favor deja la sensación de que se hacen las cosas bien", sentenció el ovetense.
