Ya no había resaca post derby, y aunque mermado por las bajas, el Real Oviedo respondió. Lo hizo con las ausencias de Forlín, Saúl Berjón y Tejera, los dos primeros por lesión y el tercero por sanción.
Le costó al conjunto oviedista en la primera mitad, aunque fue completo dominador del encuentro, y de la posesión, pero sin peligro. Los pocos acercamientos los atajó Edgar Badía, en sendos remates de Ibra, y después Alanís remataba muy forzado en un balón parado y se marchaba fuera. Tampoco el Reus inquietó en ningún momento la portería de Champagne, de la que Linares, aclamado por su ex afición y ahora en las filas del Reus, estuvo muy lejos durante los primeros cuarenta y cinco.
En la segunda mitad fue otra historia. Anquela retocó el esquema sin cambiar los nombres, y Mossa anotaba cuando no había transcurrido ni un minuto desde la reanudación, al rechace de un primer remate que se estrellaba en el poste. Poco más tarde llegaba el segundo, con el Real Oviedo manteniendo la posesión, y también protagonista de las ocasiones. Yoel Bárcenas firmaba un bonito tanto, de falta directa, desde la frontal. Y Joselu hacía el tercero, al rechace de su propio lanzamiento de penalty, en una pena máxima por derribo de Johannesson en el área. El Reus apretó en los últimos compases del encuentro, pero no se llevó premio en forma de gol gracias a dos grandes intervenciones de Champagne. Sí en mucho cariño, en un Tartiere que ovacionó a Linares y coreó su nombre en los útimos compases del encuentro.
El equipo reanudará el trabajo mañana, desde las 10:30 horas en sesión regenerativa en Las Caldas.
