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ES
PRIMER EQUIPO

Por todo y ante todo: Oviedo

Ibra y Alanís firmaron los goles de la victoria (2-1) ante el Sporting, en una bonita noche de fútbol en el Tartiere

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Un derby, sea en la situación que sea, siempre es un derby. Y el Real Oviedo estuvo a la altura, y su afición por encima del sobresaliente. Tras el gran ambiente vivido en la previa del partido, con pasillo de la afición al autobús del equipo desde el hotel hasta el estadio, y después en un Carlos Tartiere que retumbó de principio a fin.

Anquela apostó por dos cambios en el once, con la entrada de Javi Hernández y Mossa, y el regreso de Saúl Berjón recuperado. Le duraron las fuerzas lo justo, cuarenta y cinco minutos para dejar el partido encarrilado para su equipo. Y pronto se puso de cara para los azules, más azules que nunca. Ibra anotaba prácticamente de chilena, ajustado al palo, un balón que atrapó al rechace y puso patas arriba el estadio. Siguió el guión, el empuje, y la llegada del Real Oviedo. Y llegó el segundo, obra de Alanís, en jugada a balón parado botada por Saúl Berjón para que cabecease batiendo a Mariño. El dos a cero daba un respiro al equipo de Anquela, que se defendió sin apuros hasta el descanso. 

En la segunda mitad, y con la entrada de Johannesson por Saúl, el Real Oviedo trató de mantener la intensidad pero el Sporting tuvo unos buenos minutos que el conjunto oviedista supo soportar. Llegó la jugada del penalty a favor del equipo gijonés, y Carmona ponía el dos a uno desde los once metros. El Real Oviedo no se descompuso y tuvo el tres a uno en un perfecto cabeceo de Johanneson que Mariño sacó con una gran estirada.

Y llegó el final, el Tartiere volvió a celebrar, y el Real Oviedo se fue con su gente, a disfrutar. Solo hasta el próximo entrenamiento, el martes a las 18:00 horas en El Requexón.