El Real Oviedo se marchó sin premio pero con el orgullo intacto de El Molinón en un partido condicionado por las decisiones arbitrales. La afición oviedista volvió a ser ejemplar, animando sin cesar y despidiendo a los suyos con aplausos.
Salió fuerte el Sporting pero el Real Oviedo aguantó las primeras embestidas. El primer acercamiento fue de Bárcenas cabeceando fuera un centro de Saúl Berjón desde línea de fondo. El control fue aumentando para el Real Oviedo aunque sin profundidad en un partido constantemente interrumpido por las faltas. Tejera tuvo un remate forzado que atrapó Mariño y llegó el gol local en una jugada de mala fortuna oviedista.
En la segunda mitad mejoró el papel del conjunto oviedista, y a punto estuvo Bárcenas de ganarle la partida a la defensa en un buen centro de Mossa desde la izquierda. Movió banquillo Anquela dándole entrada a Ibra y Johannesson. Pitaba poco después un penalty más que riguroso el árbitro, y Champagne paraba el disparo desde los once metros. El Real Oviedo volvía a meterse en el partido y Anquela le daba los últimos quince minutos a Toché. Empujaban los oviedistas en el campo y en la grada. Remataron Saúl y Toché, despejaron la defensa y Mariño. Y en el noventa marcaba Ibra el empate. El árbitro dió gol y a continuación lo anuló, dejando al Real Oviedo sin un punto merecido.
El equipo regresa mañana a los entrenamientos a las 10:30h en El Requexón.
