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El regreso de Lángara

Tras una década fuera de España debido a la guerra civil y sus consecuencias, el delantero volvió en 1946 para jugar en el Real Oviedo

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Tal día como hoy, un 20 de junio, en el año 1946, el Real Oviedo recibía la comunicación de que Isidro Lángara aceptaba jugar nuevamente en el conjunto carbayón después de varios años de estancia en el extranjero debido a la guerra civil española y a las circunstancias derivadas del conflicto bélico.
Tras haberse proclamado máximo goleador de la Primera División española con el Real Oviedo durante tres temporadas consecutivas (1933-34, 1934-35, 1935-36), la guerra le impidió a Lángara seguir cosechando éxitos en su país y en su club. Debido al conflicto bélico emigró a México y a Argentina, en cuyas ligas nacionales continuó triunfando; se proclamó máximo goleador en una ocasión en la primera división argentina y dos veces en la primera división mexicana.

Después de una década fuera de España, Lángara deseaba regresar a su país y a su equipo de toda la vida, el Real Oviedo. Las negociaciones entre el presidente del club, Carlos Tartiere, y el jugador no fueron difíciles, ya que ambas partes deseaban lo mismo.

El 20 de junio de 1946 Tartiere recibía una carta de Lángara en la que este le comunicaba que aceptaba gustoso la oferta del club para su incorporación nuevamente al equipo de la capital del Principado de Asturias.

Dos meses después, Lángara viajaba desde América a España. Llegaría en barco a Bilbao. Allí tomaría un tren hacia Oviedo, a donde llegó el 20 de agosto. La noticia del regreso de Lángara había causado una enorme expectación en Oviedo. Era tal la multitud de gente que esperaba al goleador que a este le indicaron que se apease antes de llegar a la ciudad; concretamente en Colloto, pocos kilómetros antes, a donde se desplazaron
para recibirle el secretario del club, Calixto Marqués, el entrenador, Manolo Meana, y el jugador Herrerita.

Muchos aficionados se enteraron de que Lángara iba a apearse en Colloto y acudieron a esperarlo a ese lugar. En medio de un gran tumulto de gente que quería ver de cerca a su ídolo, y no sin dificultad, lograron sacar a Lángara de allí para conducirlo en coche hasta Oviedo, directamente a casa de Carlos Tartiere, donde tras las salutaciones de rigor, el jugador firmó su contrato con el club. Ese mismo día, Lángara comenzó ya a entrenarse.

Para que los aficionados pudiesen disfrutar de Lángara, el club organizó para el 15 de septiembre, justo una semana antes de empezar la Liga, un partido amistoso entre el Real Oviedo y el Rácing de Santander. El Stadium de Buenavista registró un lleno total y Lángara no defraudó en absoluto a sus seguidores. Lángara, a pesar de contar ya 34 años de edad, marco 4 goles. El Real Oviedo ganó por 6-1.

Esa temporada, la 1946-47, en la que el Real Oviedo militaba en Primera División, de las 26 jornadas de Liga, Lángara jugó 20 partidos. Lógicamente, en el aspecto físico ya no era el mismo jugador de antes de la guerra; ya no tenía la misma potencia que antaño. Pero aún conservaba buena parte de su habilidad goleadora, como demuestra que en esos 20 partidos marcó 18 goles.